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Por esto, una característica decisiva es el clima mediterráneo que da carácter y personalidad a los olivos.
Además, debido a la ubicación de la finca, el efecto del viento de tramontana y el clima cálido tan característico de esta zona, los olivos están expuestos a un grado considerable de sequía. Este hecho implica que los árboles sufren de estrés térmico que confiere al fruto mayores propiedades (fenoles) debido a la baja presencia de agua.
En este sentido, cabe destacar la importancia de la campaña de poda progresiva que se lleva a cabo cada año para garantizar la armonía y el equilibrio de los olivos, para que crezcan más sanos y sean más productivos. Todo el proceso de poda, así como otros tratamientos ecológicos que se llevan a cabo son supervisados por colaboradores expertos y el CCPAE (Consejo Catalán de la Producción Agraria Ecológica).
Esta práctica tan vital para nosotros rompe con algunas costumbres tradicionales que históricamente han ido en otra línea, por lo que se convierte en otra seña de identidad. El nivel de cuidado y mantenimiento de la cubierta vegetal permiten que se pueda caminar descalzo por ella durante todo el año.